Los looks con mini falda negra que necesitáis redescubrir cada verano (especialmente este)

Junto con el vestido negro (LBD), probablemente la falda negra (de corte y tejido sastre, corta, por encima de la rodilla o más larga) sea otro de los básicos atemporales con más tradición dentro del armario concebido como ‘femenino’. Por su naturaleza sobria y austera, habitualmente se suele contextualizar en una temporada otoñal o de frío, pero son pocas veces las que la colocamos al frente de registros estivales, en pro de otros colores y estampados mucho más alegres y relajados.

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La mini falda negra: un básico sobrio y minimalista

Mucho menos si surge la intención de mezclarla con texturas naturales y veraniegas como las fibras naturales (esos capazos de rafia, palmito, bolsitos de mimbre, alpargatas de esparto…), los prints aparentemente antagónicos como los florales, las rayas de verano o los tejidos relajados como el lino, el croché o el punto calado. No digamos la osadía de contraponer ese patrón ‘sartorial’ con calzado y accesorios (zapatillas deportivas, chanclas, palas, sandalias planas o espardeñas) radicalmente distintos a los que se presupone que debe acompañar una falda sastre negra.

El caso es que, en base a su categoría tradicional de ‘staple’ (‘básico’ en inglés), todas las colecciones de moda albergan faldas negras cada temporada y en éstas, me topé el otro día en Zara con una falda corta negra con mini abertura que me evocó mis experimentos estilísticos a finales de los noventa (98-99), cuando me daba por mezclar faldas de corte sastre (tenía dos, una en azul grisáceo y otra en negro) con camisas de popelín sin mangas, tops de ganchillo y tops de escote trapecio (sí, esos de canalé que tanto se ven en los repertorios actuales de Inditex).

Estas fórmulas afloraban sobre todo cuando salía de marcha viernes y sábados noche o cuando tenía alguna cita más especial, siendo sus compañeros inseparables unas sandalias de finas tiras trenzadas y plataforma de Gorg Blau que tenía (¿alguien recuerda esta firma de calzado? Me parece que ya no existe o la absorbió Farrutx, pero recuerdo que las vendían en El Corte Inglés y me las regaló mi tía en premio a las buenas notas que saqué en Selectividad ;)) y un bolsito de rafia azul marino o gris oscuro (no recuerdo bien), muy parecido a los bolsos de croché que hay ahora en Zara (este modelo de crochet es muy parecido).

Looks con mini falda negra para el verano

Volviendo a la faldita zarera del otro día, enseguida reflexioné acerca de su versatilidad real y por supuesto, de todas las posibilidades que atesora con respecto a su faceta veraniega, sin importar que las texturas y estampados de los que hablamos más arriba pertenezcan a una estación más cálida. Y mucho menos teniendo en cuenta que lo que ahora tiene rollo es tirar hacia lo súbito, inesperado o fortuito. Así, hoy os propongo olvidaros por un momento de los vestidos románticos, los escotes mesonera, los estampados florales y bucólicos y decir ‘hola’ a un halo minimal y sobrio, de la mano de estos looks con mini falda negra, frescos, relajados y espontáneos. 

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Modo nostalgia activado, chicas… ¿Soléis llevar en estos meses de calor faldas (o mini faldas) sastre negras? ¿Y mezclarlas con elementos veraniegos?

One of the most versatile staples on women’s wardrobe is the black (mini) skirt. Despite its sartorial appearance, the coolest way to wear this timeless item in summer is adding a summery and breezy texture or print in the basic formula, might be a pair of espadrilles, might be a raffia bag or maybe a linen shirt… Here are the chicest ensembles you can build with a simple black (mini) skirt…

Fotos: Getty.