Out & About: La Sopa Boba

En ocasiones tengo la oportunidad, gracias al blog, de conocer y disfrutar de planes chulos en la ciudad, y aunque es cierto que suelo hacer una pequeña mención y/o recomendación de rigor a través de mis medios sociales, en el caso del proyecto gastronómico del chef Fernando Limón he preferido dedicarle un post, para que podáis haceros una idea más amplia de las deliciosas innovaciones culinarias que ofrece en su acogedor restaurante situado en Alpedrete, La Sopa Boba (Plaza de Guadarrama, 9).

Lo primero que nos encontramos al llegar es una decoración muy ecléctica y original, uno de esos espacios que aúnan colorido y personalidad a través de la mezcla de lámparas, sillas y muebles de varios estilos, de esos de los que os hablo últimamente bastante en nuestra sección deco. Mientras uno está sentado, al mirar hacia abajo sorprende el suelo de hormigón pulido a mano con figuras y detalles de colores incrustados, seguramente, de manera libre y espontánea.

Y es que la atmósfera de La Sopa Boba es el anticipo perfecto de la creatividad y originalidad que desprenden los platos que componen el menú degustación que nos preparan Fernando y su equipo, y del cual disfrutamos de principio a fin. Una cocina imaginativa, elaborada con intención y corazón, con un producto de calidad y una interesante fusión de distintas gastronomías del mundo, con guiños a la cocina oriental y peruana.

A modo de aperitivo, comenzamos con un bombón de aceituna y vermouth, que, si bien no me parece que destaque por su sabor, sí lo hace a nivel estético, un verde oliva intenso, y sobre todo, al introducirlo en la boca, con una suave textura de chocolate, para después explosionar y sentir el vermouth tibio en el paladar.

Seguimos con un tartar de atún rojo Balfegó con helado de jengibre, gelatina de soja, sésamo y guisantes de wasabi y aceite de oliva en polvo, donde se aprecia esa influencia japonesa tan admirada por Limón. Lo que me encanta de este plato es esa combinación del sabor fresco del atún rojo con la delicadeza y el punto ácido del helado de jengibre y la gelatina de soja. Todo junto resulta una pasada.

Uno de los platos estrella, y sin duda, de los más sorprendentes, es el salmón salvaje de Alaska marinado y ahumado en cafetera. Nos lo traen acompañado de unas pinzas y presentado dentro de una cafetera metálica que cuando se abre, humea. La salsa para mojar cada bocado es una mezcla de salsa de soja y café liofilizado muy sugestiva.

De lo que más me gusta del menú es este buey de mar con guacamole de huacatay y ensalada criolla, una farsa hecha con la carne del crustáceo que se come con un guacamole suave, pero con garra, sin olvidar la presencia de la cebolla marinada, que le da el punto cítrico necesario al conjunto.

Lo que menos me convence, sin embargo, son las sardinas ahumadas y marinadas con guacamole, me recuerdan al pescado en salazón con el que no comulgo mucho. Eso sí, la presentación es inmejorable, se termina de ahumar en una rejilla con un toque de romero y curry.

Muy fresca y de inspiración 100% oriental resulta la ensalada de algas wakame con langostino, tofu marinado y el punto dulce de las frutas lyo (mango, coco y fresa). Es un plato con el que siempre disfruto.

Otra muestra de la cocina creativa con mezcla de otras culturas que practican en los fogones de La Sopa Boba, son las vieiras envueltas de panceta ibérica con enoki y salsa de tamarindo. Brutal el contraste del mar y montaña junto con el delicioso sabor de la salsa de tamarindo. Un imprescindible de la carta.

A estas alturas estamos abrumados con el baile de platos y maravillas culinarias que tiene lugar sobre nuestra mesa, y la verdad, muy satisfechos para ser una cena, pero faltan las giozas de gambas al ajillo con miga de témpura, cilantro y emulsión de miso con yuzu -exquisitas-, el ravioli de cococha con morro de cerdo ibérico y reducción de caldo de cocido -una perfecta revisión de las elaboraciones tradicionales-, y la morcilla de calamares en su tinta con huevo trufado, un trampantojo muy curioso donde los calamares picados simulan el arroz de la morcilla.

Para finalizar, un postre totalmente a la altura de sus predecesores, una maceta de chocolate con regadera de maracuyá, donde la tierra de la maceta son virutas de chocolate y todo queda regado con un sabroso zumo de maracuyá; como remate final, la guinda que no esperamos, un gin tonic casero con hielo de frutos rojos (tónica, frutos rojos, enebro y hoja de lima kéfir), el mejor que he probado nunca, además de artesano -lo destilan ellos mismos- dulce, delicado y delicioso, que entra fenomenal después de la cena. Otro must si lo visitáis ;).

Innovador, con una relación calidad-precio fabulosa y al fresquito de la sierra madrileña. No hace falta que os diga que os lo recomiendo 100% ¿verdad? Los que viváis en Madrid ya tenéis plan para el finde. ¡Disfrutad!

Hi! Today I share with you my review of La Sopa Boba restaurant in Alpedrete (Madrid). A creative gastronomic proposal you’ll love… Highly recommended!

Have a nice weekend!

Fotos: Adriana R., Manuel B.