Tarifa de Viaje Vodafone: Mi Viaje a Portugal

Cada vez vivimos más hiperconectados y prescindir de nuestro smartphone en nuestra vida cotidiana se vuelve una tarea casi imposible. Incluso estando de vacaciones se nos hacen imprescindibles servicios móviles como mapas para encontrar sin problemas nuestro destino o el hotel que tenemos reservado, esas útiles apps para localizar restaurantes y establecimientos recomendados para comer y cenar bien, por no hablar de quienes como yo, tenemos un trabajo remoto y necesitamos nuestro ordenador portátil para conectarnos y trabajar desde cualquier lugar.

¿Qué planes tenéis para estas vacaciones de verano? ¿Vais a quedaros por territorio patrio o esta vez veranearéis fuera de España? Es totalmente comprensible que si este año viajáis al extranjero, puede que habléis y/o naveguéis con el móvil con algo de contención y temor a que el gasto se dispare, desactivando la casilla de ‘datos móviles’ en vuestro terminal y reduciendo su uso a lo estrictamente necesario, como he hecho yo misma en mis viajes.

Sin embargo, en esta ocasión he tenido la oportunidad de que un operador como Vodafone me haya propuesto descubrir lo fácil que es seguir hablando y navegando durante mis vacaciones sin tener que preocuparme del habitual incremento de tarifas cuando se viaja fuera del país. ¿Cómo? Pues comprobándolo de primera mano en un viaje a un país europeo de la mano de su nueva Tarifa de Viaje, válida para Europa y EEUU para clientes RED por 3 euros al día con minutos y SMS ilimitados, voz y datos (con los mismos GB de la tarifa nacional). Si sois de Vodafone sólo tenéis que activarla marcando *143# y tecla de llamada y podéis despreocuparos y disfrutar de vuestro viaje.

A la hora de elegir mi destino europeo, lo tuve claro: al ir con los niños lo más fácil sería quedarnos en la península y Portugal es un país que, a pesar de tenerlo tan cerca, tenía pendiente de visitar. Primero, pasamos un par de días visitando Aveiro, la pequeña Venecia del país luso, y recorriendo algunos pueblos de la costa, y el resto de la semana, lo dedicamos a conocer Oporto, la segunda ciudad más importante después de Lisboa y que la verdad, no es la más bonita de Portugal, pero desprende cierto encanto decadente que la hace muy especial.

Durante mi estancia, como os he contado, Vodafone me dio la posibilidad de activar la Tarifa de Viaje y así os traslado mi experiencia con ella: es estupendo usar el móvil para hacer llamadas, navegar en busca de información práctica, fotografiar con el móvil cosas interesantes del viaje y enviarlas al instante a mis grupos de amigos del Whatsapp o actualizar el blog desde la habitación del hotel sin tener que preocuparme por estar fuera de España y además tranquila, sabiendo que la factura llegará sin sorpresas.

Los que ya me conocéis sabéis que siempre me gusta aportar valor e información práctica que os sirva para aplicarla en vuestro día a día, y al igual que hago en los demás post sobre moda y looks para invitadas, en esta entrada de hoy me he permitido elaborar una pequeña guía con algunos de los puntos y lugares interesantes que he podido visitar. Espero que os sirva de ayuda a aquellos que tengáis previsto conocer alguna de estas ciudades portuguesas.

AVEIRO

Ver y hacer

Al estar bañada por la gran ría, su gran atractivo turístico son los bonitos canales para recorrer a bordo de los moliceiros, desde los cuales observar los edificios modernistas que decoran las orillas. Si lo preferís, es un gustazo recorrerla en bicicleta, un servicio gratuito del municipio para el que sólo hay que presentar el DNI. Para hacer compras, además de las típicas tiendas de souvenirs del casco histórico, merece la pena darse una vuelta por su centro comercial, el Forum Aveiro, abierto al aire libre y muy cerca de los canales.

Imprescindible acercarse a Costa Nova, popular por sus casitas de pescadores en madera a rayas blancas y colores vistosos (palheiros), y si os apetece pasar un día de playa, no olvidéis ir a Praia da Barra, en la que veréis el Farol de Barra, el faro más alto de Portugal.

Dormir

Nosotros preferimos alojarnos en las afueras de Aveiro, concretamente en Mira, un pueblecito del interior rodeado de un maravilloso escenario de bosques de pinos, rías naturales, dunas de arena y su gran playa, Praia de Mira. Abierto tan sólo hace dos meses, Casa da Lagoa es un agroturismo con encanto, en el que disfrutar de una estancia tranquila en plena naturaleza.

En el centro de Aveiro, los hoteles más conocidos son el Veneza, el Aveiro Palace y el Meliá Ria, este último erigiéndose impresionante a orillas de la ría.

Comer

En Portugal comer y cenar por lo general sale más barato que aquí. Nosotros probamos el bacalao lagarteira, el pulpo picado y el arroz con filetes de pulpo en el restaurante O Arco de Velha, situado en A Praça de Peixe, junto al mercado del mismo nombre y alrededor del cual hay bastantes terrazas donde disfrutar de una comida muy agradable. Todo muy rico y la materia prima excelente. ¡Ah! No dejéis de probar el dulce tradicional de la ciudad, los ovos molhes, elaborados a base de yemas de huevo.

OPORTO

Ver y hacer

El Duero y el vino son los dos ejes en torno a los cuales gira el turismo de Oporto. Sus bellos paseos en barco, sus emblemáticas bodegas para degustar el dulce vino de Oporto y sus impresionantes atardeceres desde la Ribeira, a la orilla del río, bien merecen la visita. Ya dentro de la ciudad, como os he dicho, no es de las urbes más bonitas y elegantes, de hecho parece que en ella el tiempo se ha parado: edificios antiguos abandonados, viejas fachadas de azulejos deterioradas y calles decadentes repletas de pequeños negocios familiares que resisten con fuerza el acecho de las multinacionales.

No hay que desplazarse mucho para ver las cosas más interesantes y resulta muy cómoda de recorrer a pie, en el pintoresco tranvía, metro, taxi o autobús. ¿Qué merece la pena visitar? La Plaza de los Clérigos, con la torre medieval que si os apetece podéis subir superando nada menos que 200 escalones y hoy el punto neurálgico de Oporto con zona de tiendas de moda y restauración; frente a ella, una de las librerías más asombrosas del mundo, la Livraria Lello & Irmao, cuyo tesoro principal es una preciosa escalera de madera que inspiró a la autora de Harry Potter; la estación de tren de Sao Bento, cuya entrada revestida de azulejos retrata la historia de Portugal; en la Rua Santa Catarina, una gran calle comercial peatonal que alberga uno de los cafés con más encanto, el Café Majestic, de finales del siglo XIX y en el que se puede degustar las famosas ‘natas’ (eso sí, los precios están bastante engordados); la Plaza de los Aliados, en la que se encuentra uno de los McDonald’s más bonitos del mundo; la Catedral O Sé, muy importante a nivel religioso y una magnífica oportunidad de contemplar arte sacro en estado puro; Rua das Flores, otra calle peatonal llena de terrazas y tiendas típicas; el Palacio de la Bolsa, con azulejos inspirados en Pompeya y un singular salón árabe; para finalmente desembocar en la Ribeira, a orillas del Duero, donde se pueden ver espectaculares atardeceres, y Vilanova de Gaia (el otro lado del río donde se sitúan las bodegas), además de disfrutar de una de las zonas más animadas y estimulantes, con variados restaurantes y música en vivo.

Dormir

Durante esos días nos quedamos en el Porto do Rio, un híbrido entre hotel y apartamento (no tenía recepción permanente y se accedía mediante un código) ubicado a orillas del río, con cocina y unas vistas muy bonitas, decoración minimalista y moderna que respetaba algunos elementos originales del edificio como el suelo antiguo de madera o los muros de piedra natural.

Si preferís alojaros en el centro para poder moveros con más comodidad por allí, echad un vistazo a Gallery Hostel, Hotel Teatro o Moov Hotel.

Comprar

En las zonas comerciales de Oporto que os he indicado antes podéis adquirir los populares jabones artesanales, joyería elaborada con la técnica de la filigrana portuguesa, cerámica artesanal y por supuesto, el vino de Oporto. Si además buscáis un sitio donde encontrar fruta, verdura, carne, pescado, flores frescas y otros productos útiles para el hogar, sin duda os recomiendo visitar el mercado de Bolhao, junto a la Rua Santa Catarina, un lugar ideal para empaparse de los sabores y olores portugueses y fiel reflejo de lo que eran los mercados de antes, en el que es fácil ver aves vivas en venta, gatos callejeros robando los restos de pescado, vendedoras a grito pelado o moscas revoloteando alrededor de los puestos de carne y pescado.

 
De arquitectura neoclásica, el paso del tiempo ha hecho estragos en todas las fachadas y rincones del mercado, y aunque estaba prevista una reforma integral, parece que de momento seguirá con ese carácter nostálgico pero auténtico que tanto engancha a turistas de todo el mundo.

¿Más tiendas curiosas? La Casa Oriental, en la plaza de los Clérigos, un tradicional comercio de comestibles que presume de tener el mejor bacalao de Oporto; la Casa Crocodilo, frente a la iglesia de la Orden do Terço, que fabrican y venden zapatillas y bolsos de piel, además de artículos de mercería y ferretería, aunque su principal atractivo es un gran cocodrilo disecado colgado del techo; y A Vida Portuguesa, un gran bazar de dos plantas donde comprar objetos para el hogar, papelería, jabones, decoración, etc.

Comer

El plato estrella (de comida rápida) de todos los cafés y restaurantes de la ciudad es la francesinha, una especie de sándwich de pan de molde relleno de jamón cocido, ternera, salchicha y mortadela, recubierto de lonchas de queso, gratinado y bañado en una salsa picante, a veces añadiendo un huevo frito y/o patatas fritas. La verdad es que además de bomba calórica, no tiene nada de especial, nos comimos una a la hora del almuerzo y luego ya ni cenamos, con eso os lo digo todo. La pedimos en Café Santiago, donde dicen que tienen la mejor francesinha de Oporto.

  
Os recomiendo el bacalao, sopa de pescado, pulpo o marisco a orillas del Duero, en alguno de los restaurantes situados en la Ribeira o al otro lado, en Gaia, si puede ser, al atardecer, para cenar con la bonita puesta de sol en el río como escenario. Nosotros estuvimos en Ar do Río, que además ofrece tumbonas para tomarse un vino a orillas del río.

¡Ah! Si buscáis una opción moderna con algo de entretenimiento, el Tram ofrece una fusión de cocina italiana y portuguesa amenizada con un maravilloso fado en directo, y si queréis algo más ligero o seguís una dieta vegetariana, no dejéis de ir a Pe D’arroz, un variado buffet vegano riquísimo por sólo 7 euros. Está un poco lejos, en la zona de Matosinhos, pero merece la pena probar sus ensaladas, empanadas vegetales, sopas frías, zumos y batidos detox. Para tomar un café o refresco, os recomiendo la terraza del café Livraria da Baixa, también librería, a dos pasos de la Torre de los Clérigos.

Espero no haberos aburrido con el tochazo XD, si os apetece ver más fotos de mis vacaciones así como más información sobre la Tarifa de Viajes de Vodafone, pinchad aquí. Estos días os seguiré enseñando más momentos de mi viaje en mis medios sociales (Instagram, Facebook y Twitter), mañana publicaré las consultas de moda. ¡Feliz miércoles!

Fotos: Manuel B., Adriana R.