El vestido ‘babydoll’ es la silueta ideal para llevar botines ‘cowgirl’

Quizás es porque, como muchas pensaréis, el corte babydoll nunca se fue del todo, al menos en lo que alude a la esfera mundana y real donde nos movemos todas. Una silueta propia de los vestidos más dulces y aniñados que sigo avistando en mucha gente de mi entorno, pero que ciertamente, sumergiéndonos en la dimensión fashion, había pasado a mejor vida desde que las francesitas nos convencieran de las bondades del corte wrap.

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No sólo ellas, porque las chicas de moda, las escandinavas, y por ende, todo el entramado que les rodea (street style, Instagram, celebrities millennial), también prefirieron el emblemático patrón seventies de Diane Von Furstenberg estas últimas temporadas, arrastrándonos, irremediablemente, a todas. Con él, los vestidos abotonados y las formas lánguidas y minimalistas de los 90 también calaron hondo en el dress code colectivo, sin prácticamente dejar cabida a otros estilos más ingenuos y edulcorados.

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Hasta ahora. Durante esta edición, las semanas de la moda en Copenhagen, Nueva York y Londres nos han dejado caer que quizás haya que empezar a hacerles algo de hueco, porque en las elecciones de las prescriptoras más respetadas se han repetido una serie de coordenadas estéticas que nos llevan a pensar en que el corte babydoll puede competir, ahora mismo, con los demás vestidos de tendencia de la temporada.

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Una vez más, la marca fetiche del ‘team scandi’, la danesa Ganni, se alza como principal promotora de la silueta más dulce: una hechura suelta, con amplio vuelo, que no marca ni deja ver ningún atisbo de sensualidad femenina, que cae con la gracia de cualquier vestidito infantil desde una pechera fruncida, de inspiración victoriana, rematada con micro volantes en los hombros y el cuello. Las mangas, largas y voluminosas terminan de dibujar un diseño de perfecta inspiración naïf, cuyas embajadoras no dudan en combinar magistralmente con botines, botas cowboy, incluso wellies y botas mosqueteras. 

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Collage Vintage

En otras ocasiones, a tan inocente silueta le acompañan el escote en V o cuadrado, al estilo renacentista, y las mangas se acortan hasta formar el popular corte farol, en colores y estampados cándidos como el rosa pastel, el blanco perla, el azul bebé y el print de caballo, con alguna licencia más sofisticada, como los apliques florales brillantes del modelo Rosenfeld en azul celeste de Ganni o sucumbiendo al tejido tendencia por excelencia, la pana.

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Me temo que, dejando a un lado Ganni y similares, por el momento tendremos que bucear por la sección de niñas de las tiendas high street para encontrar versiones fieles, al menos en esa gama cromática dulce, pero sí podemos localizar esa silueta de amplio vuelo bajo el pecho en algunos vestidos de estilo más bohemio o veraniego, tipo túnica. 

Zara
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Poline et moi
H&M
¿Seguís llevando este tipo de vestiditos? ¿O ya los habíais dejado a un lado en el armario? ¡Que tengáis un gran finde!

There’s a dress cut we believed to have forgotten but, as latest fashion weeks’ street style have shown us, is likely to make some noise in the fashion industry: the most stylish prescribers have rocked a sweet babydoll dress that might look perfect with cowboy booties, ankle boots, even wellies and over the knee boots.

Ganni is the scandinavian fashion brand behing this unexpected and naïve trend, setting about some gorgeous mini dresses in sweet colors and prints such as pale pink, pearl ivory, baby blue and horse print, sometimes with a fancy license, like Rosenfeld mini dress in pastel blue.

Although it seems hard to find a faithful version to the original Ganni designs, in high street brands like Zara, it’s possible identify this shape in boho or summery tunic dresses. 

Do you still wear this kind of dresses in your day-to-day? Have a great weekend!

Fotos: Getty.